Perú anunció este lunes que evalúa suspender temporalmente las visitas a Machu Picchu, tras cuatro días de protestas de pobladores contra la «privatización» de la venta de entradas a esta ciudadela inca Patrimonio de la Humanidad, mientras los manifestantes ofrecieron una tregua de 24 horas para dialogar con las autoridades.
Según la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, los líderes de la movilización plantearon el cierre por seguridad, ante la falta de diálogo para levantar la medida que incluye el cierre de comercios, marchas y bloqueos en la vía férrea.
«Vamos a evaluar los pedidos que hace este colectivo, que entre ellos es cerrar la llaqta (ciudadela). Eso sería doloroso para todos, pero lo vamos a evaluar», dijo Urteaga al canal estatal.
El fin de semana fueron evacuados en tren más de 1.200 turistas nacionales y extranjeros que quedaron atrapados en las protestas, algunos de los cuales no lograron ingresar al complejo prehispánico.
La policía organizó y resguardó su salida, tras los bloqueos viales.
El servicio de tren, principal medio de transporte en el sitio, está suspendido desde el viernes.
La ministra de Cultura añadió que el gobierno solo dialogará si se levanta la «huelga» que deja pérdidas diarias por un millón de soles (unos 263 mil dólares).
Líderes de protesta ofrecen tregua de 24 horas
Líderes de la protesta anunciaron la noche del lunes que darán una tregua de 24 horas el martes con el fin de instalar una mesa de diálogo con el gobierno para dar una solución a la huelga.
«Hemos declarado dar una tregua de 24 horas para posibilitar una mesa de diálogo. Esperamos que termine en una solución a este problema», dijo a la prensa el secretario general de Defensa del Patrimonio Cultural del Turismo, Alfredo Cornejo.
La protesta fue organizada por colectivos del distrito de Machu Picchu Pueblo, en el departamento de Cusco, en rechazo a la decisión del ministerio de Cultura de contratar a un intermediario privado para que gestione la venta en línea de los ingresos a la antigua ciudad.
Venta en línea intentan poner fin a la «mafia»
Se vienen «haciendo todos los esfuerzos por romper con una mafia que ha venido ilegalmente mal utilizando el tema de las entradas y no vamos a dar un paso atrás en la necesidad de cambiar este modelo de corrupción», dijo el jefe de gabinete, Alberto Otálora.
El ministerio de Cultura contrató a la empresa peruana Joinnus para vender por internet las entradas a Machu Picchu y la red de caminos incas.
Sin embargo, comerciantes y operadores turísticos se oponen al nuevo sistema, que comenzó a funcionar hace nueve días, por considerar que es el primer paso hacia la privatización del lugar.
El ministro de Economía, Alex Contreras, señaló que las manifestaciones generan una imagen negativa del país y hacen que muchos turistas cancelen sus reservas de visita a la ciudadela.
Daño al turismo
«Yo espero que estos días podamos llegar a un acuerdo con los ciudadanos de Machu Picchu. Evitar que los turistas lleguen les hace daño a todos», declaró Contreras.
La ciudadela recibe en promedio unos 4.500 visitantes por día. Bajo el nuevo esquema de operación, el gobierno reservó unos 1.000 boletos diarios para su venta directa en el Centro Cultural de Machu Picchu Pueblo.
Fuente: Deutsche Welle