La visita europea del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya tiene su promesa tangible en forma de combustibles fósiles. Washington se comprometió a dar un salto de grandes proporciones en sus envíos de gas natural licuado a la UE para acelerar el cierre del grifo ruso del gas. El gobierno estadounidense y el Ejecutivo comunitario cerró un acuerdo para incrementar en 15.000 millones de metros cúbicos los envíos anuales de gas natural licuado (GNL) hacia los socios comunitarios. El salto supone un 68% más de los suministros en relación con 2021.
La promesa dio hecha oficial este viernes, como colofón de una semana en la que la capital de las instituciones europeas acogió cumbres de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el G7 y del Consejo Europeo –esta última aún en marcha–. En una comparecencia conjunta, el líder norteamericano y la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, celebró los renovados lazos de ambas orillas del océano Atlántico frente la amenaza de Moscú. “En un mundo enfrentado al desorden, nuestra unidad transatlántica defiende valores y normas fundamentales en los que creen nuestros ciudadanos”, enfatizó Von der Leyen.
“Señora presidenta, sé que eliminar el gas de Rusia tendrá costes para la UE”, añadió Biden ante los micrófonos. “Pero no solo es la acción correcta a tomar desde el punto de vista moral. (También) nos va a colocar en una mejor posición estratégica”. El objetivo final, según explicaron, es alcanzar un suministro de hasta 50.000 millones de metros cúbicos en 2030.
La presidenta del Ejecutivo comunitario también explicó que los suministros estadounidenses serán claves en el camino hacia la independencia energética de Rusia. “Esto solo puede lograrse a través de suministros de gas adicionales, incluyendo las entregas de GNL”, dijo en un discurso en el que ninguno de los dirigentes atendió a preguntas. “El compromiso de EEUU de suministrar a la UE 15.000 millones de metros cúbicos adicionales de GNL este año es un gran paso en esta dirección”.
La idea de la Comisión es lograr sustituir el envío de GNL desde Rusia a la mayor brevedad. Pero a la vez se enfrenta a un futuro complejo, con una galopante crisis energética producto de la pandemia, ahora agravada por la invasión de Ucrania. Este invierno las reservas se encuentran cerca de un 10% por debajo de lo habitual por estas fechas. Y Bruselas teme sufrir un recorte en los suministros en un momento crítico en el que arranca el proceso de almacenaje de cara al próximo invierno. Hay voces en el Ejecutivo comunitario que alertan de un escenario negro, incluso con cortes de electricidad el próximo invierno, si no se hace acopio a tiempo. Pero las cifras del acuerdo, en cualquier caso, son bajas: el grueso del gas que llega de Rusia a la UE no es licuado sino que viaja por tuberías.
Esta misma semana, la Comisión Europea propuso una normativa para garantizar que la infraestructura de almacenamiento existente se llene hasta el 90% de su capacidad antes del 1 de noviembre de cada año. “Tenemos que asegurar nuestros suministros no solo para el próximo invierno, sino también para los próximos años”, ha dicho Von der Leyen. “Nuestra asociación pretende sostenernos durante esta guerra”.
EEUU ya es en estos momentos el principal suministrador de GNL en Europa con un 44% de las importaciones europeas en enero de 2022, según datos de la Comisión Europea. La aportación se disparó un 2.418% desde el acuerdo de julio de 2018, suscrito por los entonces presidente de EEUU, Donald Trump, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. El volumen de exportaciones estadounidenses pasó rápidamente de 3.000 millones de metros cúbicos al año a más del doble. Y en 2021 se situaron en 22.200 millones de metros cúbicos, según la Comisión.
El GNL, sin embargo, es todavía una parte pequeña del mercado y solo representa el 18% del consumo total de gas, según cifras del centro de estudios Bruegel. De hecho, la Comisión calcula que las exportaciones de EEUU solo cubren el 6,6% del consumo energético en la UE, muy lejos del 45,6% que cubre Rusia.
El acuerdo entre Bruselas y Washington también busca una cooperación tecnológica para crear infraestructuras adaptadas para el incremento de los flujos de GNL; al mismo tiempo se fomentarán las inversiones en busca de una transición ecológica encaminada a reducir la dependencia de los combustibles fósiles en su conjunto y su sustitución por energías renovables.
Bruselas se propuso prescindir de 155.000 millones de metros cúbicos de gas ruso antes de 2030, para lo que necesitaría, entre otras cosas, aumentar en 50.000 millones los metros cúbicos de GNL. La Comisión Europea considera que las importaciones de EEUU se pueden aumentar significativamente si se hacen a un precio competitivo y si Washington suprime procedimientos de licencia de exportación que complican y retrasan las compras. El precio del acuerdo para el suministro adicional no se ha explicitado.
Bruselas recuerda, además, que la UE aumentó sus infraestructuras de regasificación que este año (en enero de 2022) operaban al 74% de su capacidad. En 2021, según datos de la Comisión, 13 países de la UE importaron 80.000 millones de metros cúbicos, con España a la cabeza (21.300 millones), seguida de Francia e Italia.
Fuente: El País