Esta es una de las principales conclusiones del gobierno de China ante el anuncio del multimillonario plan de inversión de Estados Unidos para impulsar su investigación y desarrollo tecnológico y hacer frente a la competencia del gigante asiático.
La propuesta, aprobada por el Senado estadounidense pero pendiente de pasar por la Cámara de Representantes para poder convertirse en ley, supone un inusual punto de encuentro entre demócratas y republicanos.
Expertos dicen que esto refleja cómo los dos partidos políticos están unidos en la necesidad de contrarrestar las ambiciones económicas y militares chinas.